Artículo publicado en Fuel Car Magazine en febrero de 2010.
En medio de una belleza natural única, y a menos de 3 horas de la capital del país, se encuentra uno de los principales municipios de Boyacá, sin duda, un destino turístico incomparable.
Primero que todo vale la pena saber algunas cosas sobre Paipa: su temperatura promedio es 13ºC, queda a 184 kilómetros de Bogotá y a 40 kilómetros de Tunja, está conformado por 38 veredas, 19 barrios y 6 urbanizaciones, y está a 2.525 metros sobre el nivel del mar.
Cuando uno llega a Paipa tiene definitivamente muchas opciones, muchas cosas para hacer; así que si se decide a vivir la mayor cantidad de ellas, lo mejor es que busque donde quedarse antes que nada. Y para eso Paipa es un buen lugar, pues ofrece una destacada infraestructura hotelera para todos los gustos y presupuestos. Entre la amplia gama de hoteles están el Estelar Hotel Paipa, Hotel Hacienda el Salitre, Hotel Zuhe, Hotel Colonial y Hotel Lanceros Colsubsidio, Cabañas Balcones de San Cayetano, Hotel El Lago, Hotel Faniny Paipa, Hotel Libertadores, Hotel Daza, Hotel Sochagota, Portofino, Casa Grande, Bungalows Calandaima, Cabañas El Portón, Canadá Hotel Turístico, Carlot, Capri, Casablanca, Cheraton (sí, con C), Los Veleros, Panorama Comfaboy, Tuvalú, en fin, la quedada es lo último que puede preocuparle cuando venga a compartir algunos días la ciudad de los Paipanos.
Listo, ahora que ya sabe adonde dejar el carro y las maletas, busquemos un lugar en donde dejar el cansancio del recorrido. Paipa es famoso entre otras cosas por sus termales y en todos los hoteles puede preguntar por ellos (si es que en el mismo hotel no hay una piscina de esta clase). Pero antes de seguir, preguntémosle a Wikipedia qué son las aguas termales.
“Se llama aguas termales a las aguas minerales que salen del suelo 5ºC o más que la temperatura superficial. Estas aguas proceden de capas subterráneas de la tierra que se encuentran a mayor temperatura, las cuales son ricas en diferentes componentes minerales y permiten su utilización en la terapéutica como baños, inhalaciones, irrigaciones y calefacción.”
OK, muchas gracias a la enciclopedia virtual más grande del mundo por la respuesta. Así pues, Paipa por su ubicación geográfica privilegiada, ostenta uno de los centros de Hidroterapia más importantes del país, basado íntegramente en estas aguas y lodos que emanan del interior de la tierra, y es precisamente eso, lo que hace que todo el año lleguen al municipio muchas personas en busca de los beneficios para la salud que ofrece este tratamiento; beneficios que van desde lograr retrasar el envejecimiento de la piel, hasta combatir enfermedades como la artritis y el reumatismo, entre otros.
Entonces, si se decide a hacer el ciclo termal dirigido, lo que le espera es una serie de “estaciones” en las que encontrará una piscina con chorros para hidromasaje, camas de burbujas, lodoterapia, jacuzzi, duchas de hidroacupuntura, sauna y masajes para cuerpo y rostro. Toda una experiencia.
Y si después de esta terapia aún quiere estar en el agua –incluso en la noche-, no se preocupe mucho por “el sereno”, pues el agua de las piscinas termales siempre tiene una temperatura muy agradable que lo hará olvidar del clima típico de la región por un rato, eso sí, al salir del agua va a enfrentar la dura realidad.
Otro plan en Paipa es el reconocido Concurso Nacional de Bandas Musicales que en octubre llegó a su versión XXXV, en el que participan bandas de todo el país y algunas invitadas internacionales. Pero si lo suyo no es la música, quizás puede intentar con algo más extremo.
En Paipa, como en la gran mayoría de municipios de Boyacá, es fácil encontrar parajes hermosos y tranquilos, donde uno puede sentarse simplemente a contemplar el paisaje, es el caso del Lago Sochagota. En esta laguna puede practicar deportes náuticos, bucear o dar un romántico paseo en bicicleta acuática sin ir muy lejos del centro, ni de los hoteles, pues la mayoría están en su área de influencia.
Y si su plan no es la hidroterapia, ni la música, ni los deportes acuáticos, todavía hay alternativas: puede recorrer a pie el centro de Paipa, el cual está construido con la clásica retícula española que reina en la mayoría de los pueblos del país: una plaza central y vías perimetrales paralelas que se entrecruzan para permitir una organización clara de los elementos cívicos, religiosos y administrativos localizados en sus cuatro costados. De acuerdo a esto, lo lógico es que en esta plaza central sea la iglesia la que reina, y de hecho, es precisamente la iglesia lo primero que se construyó cuando se fundó el pueblo el 19 de febrero de 1602 por el visitador Luis Enríquez; de ahí su valor histórico y arquitectónico. Camine el pueblo, pero no olvide parar un momento en alguna tienda y comerse una deliciosa almojábana, indudablemente una de las especialidades de la región.
Ahora un poco de historia. Resulta que en julio de 1819 –hace 190 añitos- el ejército libertador de Simón Bolívar acababa de cruzar el Páramo de Pisba e iba hacia Santafé, donde estaban los %&%π#@%åß conquistadores en su “Sede del Poder Virreinal de la Nueva Granada”; pero en su camino se encontró con las fuerzas realistas españolas comandadas por José María Barreiro, en un lugar del altiplano Cundiboyacense conocido como Pantano de Vargas. Pues bien, los realistas tenían mejores posiciones y esto se evidenció en el campo de batalla, ahí fue cuando el coronel patriota Juan José Rondón le dijo a Bolívar : “-Este… pssst, pssst, mire don Bolívar, disculpe el atrevimiento, pero es que o sea, se me estaba ocurriendo que de pronto si hiciéramos una carga de caballería ligera, ahí sí tendríamos opciones de ganarle a estos españoletes que nos llevan en la mala.” Obviamente esas no fueron sus palabras, pero esa es la idea de lo que iban a hacer: cambiar de estrategia para poder salir victoriosos, era algo arriesgado pero sin duda estaban en desventaja y había que hacer algo urgentemente.
Bolívar que era un re-duro en estos temas militares no dudó en hacerle caso a su coronel y fue ahí cuando dijo una de esas frases que pasan a la historia (más famosa que “todo ocurrió a mis espaldas” o que «Eres un burro, Mister Danger») y fue la siguiente: «Coronel, ¡Salve usted la patria!». Vaya frase. En ese momento el coronel Rondón al mando de catorce jinetes llaneros armados únicamente con lanzas (verdaderos valientes), realizaron la carga que se consideró decisiva para desequilibrar la batalla a favor del ejército patriota.
Todo este esfuerzo, sacrificio y amor por la libertad, fue reconocido además con un monumento que está ubicado a media hora de Paipa, el monumento a los lanceros, de 33 metros de alto, hecho por el fallecido escultor Rodrigo Arenas Betancur con motivo del sesquicentenario de la independencia. Es de grandes proporciones, posiblemente el más grande del país, que seguramente algunos recuerdan por que además apareció en la edición de billetes de $1.000 de 1987 (el azulito), cuando mil pesos valían un poco más que ahora.
Llegar a este monumento en carro tiene su encanto, pues a medida que uno se acerca va descubriendo la real magnitud del tamaño de la obra, que está acompañada por una pequeña plazoleta en la que uno puede comprar toda clase de recuerdos y artesanías alusivas a los heroicos lanceros y su monumento honorífico. Y en el monumento mismo, es posible tomarse fotos con un soldado vestido a la usanza de la época de la campaña libertadora, incluso usted puede tomarse una foto con espada y sombrero. Si usted va a Paipa, no deje de ir a este sitio y conmemore uno de los hechos que marcó el camino para desarrollarnos –para bien o para mal- como una república independiente.
Cuando regrese al centro de Paipa, no olvide llevar también un poco de queso Paipa, probablemente el queso madurado insignia de la industria quesera colombiana. Y si aún le queda tiempo, puede jugar bolos o pasar por el primer Museo con material reciclado, donde podrá ver mas de 500 obras hechas con restos de carros, bicicletas y electrodomésticos, entre otros, muy ecológica la cosa. Pero si lo que quiere es fiesta, espere a marzo y disfrute del Festival de la Ruana, el Pañolón, la Almojábana y los Amasijos, o venga en navidad al Aguinaldo Paipano a disfrutar de carrozas y comparsas.
Aquí termina el paseo. Paipa es un destino único, con mucho que ofrecer al turista y con muchas formas de sorprenderlo, vale la pena conocerlo y vale la pena volver.
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¡Nos vemos en triego.com!